El Madrid y las paradojas, por @elcarrildel2
Escribe don Carlos Sebastián (Catedrático de Economía y socio del Real Madrid), en el diario «El País» que, según las normas aceptadas de la buena gobernanza, debiera haber limitación de mandatos en la presidencia del Real Madrid. Desconozco la bondad de la citada regla. Eso sí, me llama poderosamente la atención que quien la enuncia sea alguien que está en posesión de un puesto vitalicio, que únicamente quedará vacante el día en que el Sr. Sebastián tenga a bien (o a mal) jubilarse.
Nos habla igualmente de la escasa representación y fácil manejabilidad que tienen las asambleas generales de socios compromisarios. Si de representación hablamos, convendría que el Sr. Sebastián explicase la manera en que cualquier socio puede ser compromisario. Ya después, debiera explicar en qué basa su escasa representación. Convendría igualmente que nos detallase el modo y manera por el que se obtiene una cátedra en España. Quizás sean las mismas razones por las que habría que negar representatividad a los 350 diputados electos al Congreso tras unas elecciones generales. (Da a entender el Sr. Sebastián que el fracaso o acierto de un gobierno no sería achacable a su Presidente, ni a los ministros, sino a los técnicos y funcionarios profesionales).
Sigamos adelante: facil manejabilidad. Explíquese, don Carlos. Debíeran los ciudadanos darse una vuelta por cualquiera de las juntas generales de accionistas de cualquiera de nuestras grandes compañías. En todas se puede delegar el voto a quien mejor pensemos que nos pueda representar. Al menos, de momento, y que se sepa, en las asambleas de socios compromisarios del Real Madrid no se pide el voto anticipado y delegado a favor del presidente. Algo es algo.
Quizás el Sr. Sebastián sea más partidario de un sistema asambleario de toma de decisiones. Solo quedaría por señalar, con el debido detalle, qué cuestiones debían ser sometidas a votación, y cuáles no. Tampoco parece que la salvaguarda de una antigüedad mínima para optar a la presidencia esté muy desaconsejada en estos tiempos que corren, con fortunas ajenas al fútbol ávidas de hacerse con el control de sociedades deportivas de todo tipo, con fines bastante espúrios en muchos casos.
Sobre la cuestión del director deportivo, cabría señalar que con independencia de que el mismo exista o no, la decisión última sobre cualquier asunto, como no puede ser de otra manera, siempre debe ser del Presidente de la sociedad, entre otras cosas porque es el elegido por los socios para ello, por sufragio universal. ¿Acaso pretende insinuar don Carlos, que en los clubes que cuentan con esa figura, el presidente queda eximido de responsabilidad en caso de fracaso deportivo? ¿Acaso niega don Carlos que sin director deportivo el Real Madrid ha conquistado cuatro Champions en cinco años?
Ya para terminar, me permito reflejar dos hechos incuestionables: primero, que Florentino Pérez se hizo cargo de un club en situación económica dificilísima, por no decir en quiebra, y lo ha llevado a ser la sociedad deportiva con mayor facturación individual, durante doce años consecutivos (Informe «Football Money League», de la consultora «Deloitte»). Segundo: de las trece Copas de Europa del Madrid, ocho se consiguieron desde la fundación de la competición (1955) hasta el año 2000. Desde entonces, se han conquistado cinco. (No parece que la existencia o no de Director Deportivo incida de manera decisiva en la conquista de títulos).
Seamos críticos con Florentino Pérez en lo que corresponda, que posiblemente a la luz del fracaso deportivo de esta temporada no sea poco. Más no lo hagamos recurriendo a argumentos, lo digo sin acritud don Carlos, de tan escaso, desde mi punto de vista, recorrido.
Buenas tardes a todos. HALA MADRID.