Mark Clattenburg y el jolgorio, por @elcarrildel2

Manifiesta el colegiado inglés Mark Clattenburg que el gol de Sergio Ramos que le supuso al Madrid adelantarse a su rival en la final de la Champions de 2016 era fuera de juego. A continuación, dice más cosas, pero esas ya no le importan a nuestros excelsos periodistas deportivos. El jolgorio estaba en lo señalado en el titular. Lo demás, pecata minuta, insignificancia prescindible. Sin Estado de Alarma, hasta hubieran sacado la fanfarria M30 al sur, y M30 al norte.

Y ojo porque hablamos de un penalti señalado a favor del Atlético de Madrid, que según el colegiado no lo era. Y nos dejamos por el camino el agarrón continuado de Savic al propio Sergio Ramos previo a su gol, que era una máxima pena de libro.

En definitiva, un arbitraje lamentable, con tres errores gravísimos, que quedan tapados, olvidados, pasados por alto, justificados. Solo cuenta el posible fuera de juego de un futbolista del Madrid.

Yo entiendo el asunto desde el prisma de las ventas, mayormente en estos tiempos que nos ocupan, con el fútbol ausente. ¿Acaso piensa alguno de ustedes que iba a despertar el más mínimo interés un titular que dijese que el Sr. Clattenburg se equivocó de manera grave y reiterada en favor, o en contra, de ambos equipos? Eso no vende ni un periódico, ni proporciona un click en ninguna red social.

Por contra, poner que el gol de Sergio Ramos era fuera de juego, queriendo insinuar con ello que la victoria del Madrid fue injusta, inmerecida, y que una vez más la larga mano de Florentino quitó el silbato de la boca al colegiado, e impidió que el juez de línea levantase su bandera, ha animado el cotarro, ha dado lustre al día, ha facilitado que el adormilado ejército de antimadridistas haya pasado una mañana entretenida.

Al paso que lleva esto, cualquiera día nos enteramos que el Madrid debe unas cuantas Copas de Europa. Empezando por las de blanco y negro, siguiendo por el gol de Mijatovic en la séptima, el de Sergio Ramos en Lisboa en el 92,48 que ese día era fuera de tiempo, ahora esto de Milán, luego lo de Kiev de la lesión de Salah, las copas que el fútbol le debe al Atlético y la que debió ganar el Valencia por aquello de que para una vez que llega a la final que la gane…lo dicho, que el Madrid no solo no tiene trece Copas de Europa, sino que debe unas cuantas.

Sobre la dificultad de arbitrar, ni una línea de reflexión. Sobre lo justificado de la implantanción del VAR, menos aún. Son esas cuestiones menores. De lo que se trata es de lanzar una andanada más en contra del Real Madrid, de poner en duda sus triunfos y sus gestas, su palmarés y su historial.

De ese mismo partido, podemos añadir dos datos más: el Real Madrid disparó veinticinco veces, ocho de ellas a puerta, mientras el Atlético lo hizo en dieciocho ocasiones, únicamente cuatro entre los tres palos. Vistos estos datos, ¿quién parece haber merecido la victoria, en función de la culminación de las jugadas de ataque?

Otro tópico que se cae a pedazos: el Atlético de Madrid tuvo la posesión un 56% del tiempo de juego, por un 44% el Real Madrid. Una vez más, el tiqui taca y el toque a ninguna parte, la vuelta y la revuelta eterna, quedan en entredicho.

En fin damas y caballeros, que para jolgorio del bueno, del verdadero, del que vale, el vivido por nosotros en estos últimos años de Champions ganadas. Otros se deben conformar con satisfacciones de mucha menor cuantía.

Buenas tardes a todos. HALA MADRID.

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